Dos siglos de ceguera

Vicent Boix

Escritor, autor del libro El parque de las hamacas.

Todo el mundo reconoce hoy en día, que la naturaleza no es como una esponja que absorbe todos los golpes que se le asestan. Sus dinámicas y equilibrios se alteran con frecuencia, debido a los impactos que generan la mayoría de las actividades humanas. De hecho han pasado más de dos siglos desde la revolución industrial, y se ha superado con creces el límite a partir del cual nuestra civilización juega peligrosamente con fuego. La desertización, la contaminación, la pérdida de biodiversidad o, el de moda hoy en día cambio climático, son algunas de las consecuencias de dos siglos de desenfreno e irresponsabilidad bajo el paradigma del progreso y el desarrollo.

Lo que le damos a la naturaleza, ésta, sin malicia, nos lo acaba devolviendo. Por ejemplo, la tala indiscriminada de árboles, en algunos casos para crear infraestructuras o urbanizaciones, ha matado la fertilidad del suelo que era capaz de absorber el agua de las lluvias, provocando alarmantes inundaciones y deslaves en zonas muy concretas.

También durante décadas se han vertido miles de compuestos químicos contaminantes en el medio ambiente, que acaban retornando peligrosamente, amenazando el bienestar de los desdichados que abusaron de ellos a cambio de una pizca de felicidad. En algunos casos regresan camufladamente y sin avisar. Unas veces están en la atmósfera, otras en frutas y verduras, también en pescados y carnes, en el agua, o simplemente los respiramos en nuestro hogar. Muchos no entrañan riesgo, de otros no se saben sus efectos con exactitud, y muy difícil resulta de predecir, qué sucede cuando interactúan varios de ellos, aleatoriamente, en nuestros organismos.

Sólo en España, la contaminación atmosférica podría ser la responsable de más de 15.000 muertes anuales. Más que las derivadas de los accidentes de tráfico o de cualquier terrorismo conocido. Decenas, posiblemente cientos de ciudades viven constantemente cargadas de polución y respirando altos niveles de ozono, partículas minúsculas o monóxido de carbono. Sin embargo, esta lacra no recibe la atención mediática ni política que reciben los accidentes de carretera o el tabaco. Tal vez porque conducir mejor o peor, o fumar más o menos, es una decisión individual de las personas, mientras que la contaminación atmosférica es un fallo de un sistema que no se quiere formatear ni reiniciar.

Serían muchos los casos de relaciones “causa-efecto” por el comportamiento del ser humano en el medio ambiente. Pero hay uno del que se habló este verano, que llama poderosamente la atención por lo poco frecuente y porque muestra la ignorancia, la temeridad y el pasotismo de la clase política. Miguel de las Doblas, geólogo del Instituto de Geociencias de Madrid, afirmó a la Agencia EFE, que el terremoto que se produjo en Lorca el pasado 11 de mayo “…pudo ser en parte inducido por la extracción masiva de agua subterránea, durante años, para su uso agrícola e industrial”.

Sin duda, esta comunidad vivió y vive por encima de sus posibilidades hídricas, gracias al modelo de agricultura industrial que ha desarrollado, y sobre todo, gracias a una desorbitada fiebre del ladrillo, que germinó años atrás y que originó numerosos casos de corrupción. Lo de Lorca en mayo, puede ser un síntoma de una enfermedad que deberá apaciguarse más temprano que tarde.

Puede que sea un golpe, sin mala leche, de la madre naturaleza que aguanta vejación tras vejación, hasta que se supera el límite y responde con toda su energía y brutalidad. Entonces vienen los lamentos, las desgracias, la solidaridad y los partidos de fútbol para recaudar fondos. Pero, ya es demasiado tarde.

Muchos piensan que todas estas catástrofes son el precio que hay que pagar para mantener los “lujos” de esta sociedad, supuestamente del bienestar. Es más, aceptan y asumen dicho precio como una consecuencia no deseada del “progreso” actual, pero sin renunciar a él bajo ningún concepto. Independientemente de esta cuestión, lo que resulta extravagante cuando no alarmante o decepcionante, es que el planeta que se gestó y evolucionó durante cinco mil millones de años, haya enfermado -ecológicamente hablando- en poco más de dos siglos. Que los recursos naturales que se crearon en miles de años o las especies que evolucionaron desde tiempos inmemorables, ahora, en doscientos años, desaparezcan de la tierra.

Todo un abuso a nivel global, que será recordado con pena y cierta vergüenza por las generaciones venideras. Si existió una “prehistoria”, una “edad de piedra” o una “ilustración”, cabría preguntarse cómo denominarán los historiadores del futuro estos siglos que estamos viviendo, marcados claramente por la destrucción del medio ambiente y el consumo irracional de los recursos. Se admiten propuestas.

 

 

Jornadas de intercambio de semillas

Jornadas de intercambio de semillas sábado 24 de septiembre
Dentro de la programación de Tegueste Agrícola 2011 del Ayuntamiento de Tegueste, la Red Canaria de Semillas ha organizado para el próximo sábado 24 de septiembre, desde las 9.00 y hasta las 13.00 horas, en el Mercado del Agricultor de Tegueste, unas JORNADAS DE INTERCAMBIO DE SEMILLAS.
ESPERAMOS CONTAR CON TU PRESENCIA
Tráete tus semillas

Manifiesto por el derecho de los agricultores y agricultoras a vender sus propias semillas de variedades tradicionales

A pesar de que vivimos en uno de los entornos con mayor diversidad agrícola de Europa, desde las administraciones siguen sin ponerse en marcha iniciativas para que las variedades locales vuelvan a llenar de olores y sabores las mesa de nuestros hogares, devolviéndonos una alimentación de calidad que nunca deberíamos de haber perdido.

Salvo escasas excepciones, no existen políticas públicas que nos ayuden a conocer y dar a conocer esta biodiversidad. Ni políticas agrarias que propicien que los agricultores que lo deseen vuelvan a sembrar las variedades tradicionales en nuestros campos. Uno de los principales obstáculos para que podamos sembrar y disfrutar estos alimentos son las limitaciones legales que tienen agricultores y agricultoras para vender sus semillas, lo que supone una catástrofe para la biodiversidad agrícola, ya que provoca que prácticamente sólo se estén cultivando en nuestros campos variedades comerciales, en su mayoría híbridas, multiplicadas por grandes empresas productoras de semillas. Para blindar y perpetuar esta situación, todo lo referente a la comercialización de semillas en nuestro país está fuertemente reglamentado. Además, la adaptación de la legislación nacional a las normativas europeas no mejora la situación ya que los actores continúan siendo las empresas, y agricultores y consumidores quedan relegados a un papel pasivo de meros compradores.

El uso de las variedades tradicionales contribuyen a evitar el principal efecto adverso de las semillas industriales: la erosión genética que se produce por la sustitución de variedades adaptadas al territorio por otras de mayor interés para el agronegocio globalizado producidas por la industria agroalimentaria. Hoy en día las grandes empresas de semillas son casi los únicos agentes que realizan la multiplicación y venta de semillas. Pero su interés no es mantener la biodiversidad agrícola, sino obtener beneficios a partir de unas pocas variedades comerciales. Si a esta situación le unimos la falta de interés de la administración pública en el cuidado y apoyo de las variedades tradicionales, se entiende perfectamente el proceso de pérdida de biodiversidad que sufren nuestros campos.

Además, la puesta en valor de la biodiversidad cultivada es un derecho de los agricultores y las agricultoras por lo que es de justicia la derogación de cualquier normativa que impida o limite que los agricultores y las agricultoras puedan ganarse la vida mediante la venta de sus propias semillas, más allá de las de garantizar una cierta calidad al comprador de lasa mismas.

Fundamentos políticos y sociales

Los agricultores y las agricultoras, junto a las Redes de Semillas, están profundamente preocupados por el futuro próximo de nuestras semillas.

El Gobierno español, por un lado, reconoce los derechos de los agricultores y las agricultoras , recogiéndolo en la Ley de semillas, en lo referente al establecimiento de mecanismos para facilitar a la conservación, utilización y comercialización de las semillas y plantas de vivero conservadas en sus fincas; la protección, la conservación y el desarrollo de los conocimientos tradicionales de interés sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura; y el derecho a participar en la adopción de decisiones, a nivel estatal, sobre asuntos relativos a la conservación y la utilización sostenible de estos recursos fitogenéticos.

Sin embargo, por otro lado, no pone en marcha ninguna estrategia que implemente estos Derechos, como se refleja en el Informe sobre el estado de los recursos fitogenéticos en España. Esta situación pone de manifiesto la falta de voluntad política que tiene el Gobierno español sobre este tema.

Las variedades tradicionales aportan calidad organoléptica, no sólo visual, también llenan de sabores y aromas nuestra alimentación y son parte inseparable de nuestro patrimonio cultural inmaterial (alimentación mediterránea).

Las variedades tradicionales contribuyen a la seguridad alimentaria al disminuir el riesgo de pérdidas masivas de cosechas, ya que su diversidad intrínseca y favorece el manejo agroecológico de nuestros campos facilitando el cultivo de poblaciones vegetales poco homogéneas, más estables ante situaciones adversas.

Las variedades tradicionales simbolizan unos valores éticos, al ser la expresión de la soberanía alimentaria y de que aún no se ha consumado totalmente la apropiación indebida, a través de los abusos de derechos de propiedad intelectual y de patentes, de la biodiversidad cultivada desarrollada por los agricultores y las agricultoras.

Las demandas y herramientas

Desde la Campaña “Cultiva diversidad. Siembra tus derechos” instamos al Gobierno Español a poner en marcha las políticas necesarias para hacer efectivos los Derechos de los agricultores a conservar, utilizar y comercializar variedades tradicionales. Estos recursos genéticos agrícolas deben poder formar parte de sus medios de vida.

Pretendemos inducir un cambio en normas jurídicas y en las políticas gubernamentales que consideramos injustas a la luz de los principios que rigen nuestra vida social, y con los fundamentos constitucionales del Estado democrático.

Por ello, promovemos la venta de semillas por parte de los propios agricultores como un acto público, no violento, consciente y político, contrario a la ley, cometido con el propósito de ocasionar el cambio en la legislación y la actuación del gobierno. Actuando de este modo apelamos al sentido de justicia de la mayoría de la comunidad, y declaramos que, según nuestra opinión, los principios de la cooperación social entre personas que hacen posible el pleno derecho a la alimentación no están siendo respetados al prohibirse a los agricultores y las agricultoras la venta de sus semillas ya que las variedades tradicionales son un recurso esencial para obtener alimentos sanos, respetando el ambiente mediante el uso correcto de los recursos naturales, potenciando la cultura rural, los valores éticos y la calidad de vida.

Promotores de la Campaña

Red estatal de Semillas “Resembrando e Intercambiando” (Coordinadora estatal que aglutina a las siguientes entidades: Centro Zahoz (junto con sus entidades Red de Guardianes de Semillas y la Asociación para el Desarrollo y Estudio de a Agroecología) (Castilla León), CIFAES-Universidad Paulo Freire Tierra de Campos (Castilla León), Red Canaria de Semillas (Canarias), Xarxa Catalana de Graners (Catalunya), Gaiadea – Les Refardes (Catalunya), Esporus – L´Era (Catalunya), Ecollavors (Catalunya), Triticatum (Catalunya), Llavors d´Ací (Pais Valencià), Asociación Albar (Pais Valencià), Associació de Varietats Locals de les Illes Balears (Illes Balears), Asociación APAEM – Banc de Llavors de Menorca (Illes Balears), Red de Semillas de La Rioja (La Rioja), Red Extremeña de Semillas (Extremadura), Red de Semillas de Cantabria (Cantabria), Rede Sementes Galega (Galiza), Red Andaluza de Semillas “Cultivando Biodiversidad” (Andalucía), Red de Semillas de Aragón (Aragón), Nafarroako Hazien Sarea – Red de Semillas de Navarra (Navarra), Red Murciana de Semillas (Región de Murcia), Red de Agroecología y Ecodesarrollo de la Región de Murcia (Región de Murcia) y Euskal Erico Hazien Sarea – Red de Semillas de Euskadi (Euskadi).

Recogida de firmas: http://www.peticionpublica.es/?pi=siembra

Web: http://www.siembratusderechos.info

Materiales de apoyo:  http://www.siembratusderechos.info/?page_id=123

Tres semanas en Montevideo

Javier López-Cepero

Terminadas las tres semanas de vacaciones en Uruguay, y ya de regreso en este hemisferio, en esta orilla del Atlántico y en este verano que nace potente, no viene mal pasar a negro sobre blanco algunas impresiones de aquellos días para que los amigos que me preguntan, y algunos de los que no lo hacen pero que pueden estar interesados, se hagan una idea de aquel contexto, no demasiado conocido, pero que merece un hueco en la memoria aunque sea pequeño como realmente lo es ese país de apenas 3 millones de habitantes (la mitad en la capital, Montevideo) que se asoma al Atlántico sur tímidamente aplastado entre Brasil y Argentina.

A pesar de esos datos físicos, deben saber que este país nos lleva bastante delantera en algunos aspectos. Hace más de un siglo, a primeros del XX, con el gobierno de José Batlle y Ordóñez, se promovieron en este país leyes como la que fijaba un máximo de 8 horas diarias de trabajo, el derecho al divorcio (que podía ser solicitado por voluntad de la mujer, que consiguió el derecho al voto en 1917), se abolió la pena de muerte, se implantó la educación laica, totalmente gratuita, obligatoria y universal, y esto incluye que los estudios universitarios sean gratuitos hasta el día de hoy, y otras características que asociaríamos a logros mucho más recientes en nuestros ambientes.

Sin embargo, allí también pasaron por una etapa de dictadura militar, entre 1973 y 1985, que se terminó curiosamente con un plebiscito propuesto por el propio estamento militar en el que se votaba reformar la Constitución para perpetuarse en el poder y, se dio la paradoja de que el pueblo dijo que de eso nada y ellos lo aceptaron. Comenzaron unas negociaciones con los partidos políticos para consensuar la transición, celebrándose elecciones en noviembre de 1984. El presidente elegido entonces, Julio María Sanguinetti, aún escribe algunos artículos en el diario “El País” (el de aquí, allí hay otro que se llama igual y es igual de condescendiente con el que manda…)

Desde 2005 gobierna la izquierda, un conglomerado de agrupaciones de partidos fundado en 1971 con el nombre de “Frente Amplio”, y redenominado  hace unos díez años como “Alianza Progresista”. El actual presidente, Pepe Mujica, es un agricultor de 74 años, exguerrillero tupamaro, con 7 balas en el cuerpo, 14 años de cárcel (no precisamente con móvil, jacuzzi y TV satelital) en la época de la dictadura, y un verbo fluido que no siempre filtra, lo que le está generando algunos problemas a la estabilidad del gobierno, ya que no siempre coinciden las opiniones espontáneas y públicas del presidente con las líneas oficiales de pensamiento que requieren algo más de debate, consenso y redacción. Dentro de su línea, sin embargo, se debe admitir que es un hombre coherente con sus ideas, y que al asumir el poder continuó viviendo en la misma finca humilde donde cultiva claveles y hortalizas, y que renunció en forma permanente al 85% de su sueldo para destinarlo a fines sociales.

Volviendo a sus controversias con el resto del partido, existen ciertos indicios (o crecientes evidencias, según la posición relativa del opinador) de que la forma de orientar el gasto, las políticas y las prioridades del gobierno responden más a los criterios que marca la economía puntual (ingreso a cualquier precio, ya sea vendiendo ganado en lugar de productos cárnicos elaborados, promoviendo el desembarco de inversores chinos para comprar un alto porcentaje de las explotaciones mineras, o la instalación de una fábrica de film para uso alimentario), sin que nadie ose, desde arriba,  comentar los  efectos negativos –¿les llamamos externalidades?- que pueden venir a consecuencia de esta especie de entrega generosa.

Política e historia al margen, desde la última vez que vinimos, en junio de 2009, he notado algunos cambios nada positivos, como el aumento del número de coches o el auge de la construcción, que no de la re-construcción, y eso que Montevideo necesita un lavado de cara, ya que según dice Ana permanecen los mismos “pozos” (desconchones) en las “veredas” (aceras) que cuando ella iba al colegio. Pero lo más preocupante es el taimado desembarco de algunas “ONG” que en España conocemos bien como el BBVA, el Banco de Santander o Movistar, que se van comiendo cuota de lo que antes eran empresas locales. Ese culto al consumo desaforado que se vivió en España hace 4 o 5 años, empieza a asomar el hocico aquí abajo en forma de préstamos sin dificultades que incluso se anuncian por megafonía desde los coches que recorren la avenida Dieciocho de Julio, arteria principal de la ciudad, tarjetas de pago que acompañan descuentos (de manera que se compra por el descuento, no por la necesidad o conveniencia del artículo), Blackberries a precios irrisorios que inducen a todo ciudadano a estar permanentemente conectado… Y es curioso también que cuando los precios superan un cierto nivel, ya no se habla en pesos, sino en dólares USA. Un escaparate de una tienda de instrumentos musicales me dio la pauta cuando unos humildes tambores de candombe estaban marcados en 2000 $ (pesos, al cambio unos 70 euros) pero una guitarra Ibañez (se iba ya a 300 US$.

Claro que esto choca frontalmente con las dificultades que debe tener aquí la gente para vivir y digo debe porque todo el mundo se esforzaba en hacernos estos días lo más gratos posibles. Los sueldos son muy bajos, no nos equivocamos si dividimos por 3 los salarios habituales en España. Me hablaban de un salario mínimo de 260 €, pero un café cuesta 45 pesos (1,66 euros), un periódico 40 (1,50), la gasolina está al precio de Canarias (1,10)  y la comida básica tampoco es muy asequible, un menú del día estándar ronda los 8 o 9 €. Esto hace que se potencie –al menos hasta ahora…-  el aprovechamiento de los recursos (he visto un casquillo de portalámparas como los que había en mi infancia en Cádiz, cualquier trozo de alambre es una herramienta en potencia y en las “ferias” o mercadillos puedes encontrar objetos que mi mente europea y consumista no alcanza a entender para qué sirven o quién puede comprar). En el “ómnibus” (guagua… o perdón, autobús para los no canarios) suben habitualmente vendedores que te ofrecen, con una bella letanía publicitaria, goma de mascar americana 3 paquetes 10 pesos calcetines de caballero 3 pares 10 pesos maní con chocolate un paquete 10 pesos y las figuras de Peñarol Nacional o la selección a sólo 5 pesos… a mí no me salen las cuentas de que se pueda vivir así, pero la gente sale adelante, a pesar de todo. Aquí se materializa y palpas uno de los sabios versos de Aute, “vivir es más que un derecho / es el deber de no claudicar”.

Me llevo la impresión también de que lo poco que hay se comparte, y esto incluye el trabajo. Me explico. Allí te encuentras a 3 o 4 personas haciendo lo que en la vieja Europa sería el trabajo de una sola. Te subes al autobús y hay un chofer y un cobrador. En el supermercado hay cajeras en todas las cajas, varios vigilantes, y varios vigilantes que vigilan a los vigilantes… Vas a un bar y hay cinco camareros tras la barra. Claro, el negocio no da para todo, pero la propina se divide entre cinco y todos llevan algo.

Esta supervivencia forzada tiene como contrapunto que esa necesidad interna de buscar la belleza se satisfaga con eventos tan simples como el contraste de colores de una petunia (oyes por la calle “mirá que lindo, qué belleza…!” y es eso… una petunia o las hojas de un ciprés calvo), el baile de las brasas en una “estufa de leña” (chimenea preparada, cómo no, para plantarle una parrilla y dar su merecido a varios trozos de vaca o cerdo). Y te replanteas los parámetros de lo que es importante, necesario, accesorio… cuando descubres que la máxima aspiración puede ser caminar en un atardecer por la Rambla (paseo de 17 km al borde del mar, playa inmensa), o sentarte a tomar mate en la Plaza Matriz porque por fortuna hoy no llueve y no hace demasiado frío, nada que no pueda atajar un “saco” (jersey) tejido por tu madre o tu esposa, porque la ropa o te la compras en Zara y sus secuaces (y te cuesta medio sueldo mensual) o es de manufactura china y apenas dura un invierno, y eso no es económico.

Hay además una riquísima vida cultural, más de 80 obras en cartel en Montevideo, en multitud de salas, desde el gran Teatro Solís, centro y referencia a la entrada de la Ciudad Vieja, hasta pequeños locales con obras casi domésticas en su concepción, que no en su calidad. Hay conciertos, exposiciones y lo que es más impactante para un europeo narcotizado como este gaditano que escribe: la gente piensa, debate, opina, critica, propone… y juega al ajedrez en la calle. Un inciso universitario-agronómico: visitamos la Facultad de Agronomía, y más que la finca experimental de 300 ha que se autofinancia con sus producciones, o más que el hecho de que la Universidad haya desarrollado y produzca para vender semillas de cebolla, lo que más me impactó fue que ya caída la tarde el campus estaba lleno de grupitos de profesores y alumnos debatiendo, opinando, construyendo ciencia, conocimiento y divulgación. Me dio un poco de vergüenza ajena, pero me consuela pensar que el futuro de este país puede estar en eso, en la participación, en la opinión, en el debate. Tengo un amigo que dice que el futuro está en América del Sur. Y eso se fundamenta en estas actitudes tan alejadas del pasotismo y la inacción que, indignados al margen, son tan habituales a este lado del charco. Esto se completa con otra manifestación cultural como son las librerías algunas emblemáticas como “Puro Verso” y otras pequeñitas pero con los escaparates que se extienden hacia la acera, igual que el vendedor de manzanas o zapallos saca su mercancía para que la vea el cliente, así los libros invaden o mejor comparten el espacio del peatón.

Para un espíritu simplón como el mío, la felicidad se toca tomandote un café en el Café Brasileiro, encantador local de 1870 donde disfrutas de un ambiente similar al del madrileño Café Gijón sin que te saquen las pestañas, además de que sólo hay 3 o 4 mesas ocupadas. O haciendo desparecer un “pancho” (perrito caliente) que te vende un señor que pasea su artrosis detrás de un carrito mientras te cuenta que le fue mal el negocio de víveres que regentaba y tuvo que refugiarse en esto. Y sobre todo, sorbiendo el mate, amarga infusión que no te engancha por sus componentes, sino por su contexto. Cómo negarse a una bebida que pierde su sentido si no se comparte, y que exige de la persona que lo ceba, poco a poco, con agua caliente tras cada sorbo, el mimo y la aplicación de dejarlo en perfecto estado para el siguiente en la cadena. No llego a la dependencia que allí se ve de perder un brazo para la vida civil cotidiana porque llevas bajo el mismo el termo, el mate, la bolsa de yerba, la bombilla para tomarlo… pero sería difícil vivir sin mate. Cada vez tengo más claro que si mi tesis dejó de ser un proyecto fue gracias a los ultimatum de Antonio Bello, a los empujones en la sombra callada de Ana y… a los mates que me calentaron las últimas madrugadas del otoño de 2009 en la redacción final.

En definitiva, la adaptación es el secreto de la inteligencia y la felicidad. La vida puede ser lucha, mate, asado, dulce de leche, equilibrios para llegar a fin de mes, frío, paseos por la Rambla y eterna confianza en que gane “la celeste”. Y con esos ladrillos se puede construir una calidad de vida que se basa en valores reales y solidarios. Unos días en Uruguay que me han servido para matizar y afinar la referencia de lo que es importante y lo que no, de las cosas por las que merece la pena preocuparse y de los problemas de los que te puedes reir porque son insignificantes si los comparas con el equipaje que llevan a cuestas otros que simplemente no han tenido la suerte de cara al elegir su naipe…

Termino. Gracias por recibir estas imágenes que comparto con Vds., nacidas de mis impresiones en este “paisito” donde el frío viene del sur, y la luna creciente está al revés.

Pueden creerme.

Javier López-Cepero, uruguayo consorte

junio 2011

dña. Esperanza Aguirre y la educación en Madrid

1 Septiembre 2011

Eduardo Trinchant

Si por algo se caracterizan los políticos en general, es por su desconocimiento de lo que hablan, todo se lo «soplan» y cacarean como gallinas a la puerta del gallinero. Tienen muy poca vergüenza al opinar sobre temas en los que son legos y aprovechan esos mensajes para engañar a la opinión pública con informaciones sesgadas.

Me refiero en este caso a la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ha manipulado el asunto de las 20 horas lectivas (Sabemos que les estamos pidiendo un esfuerzo especial pero 20 horas son, en general, menos de las que trabajan el resto de los madrileños) para que la sociedad diga: ¡Vaya cara tienen esos profesores, nada más que trabajan 20 horas! Pues no es así en absoluto, miente descaradamente. Además de las 20 horas de clase, hay que añadir 4 o 5 horas de cuidado de aulas, pasillos y patios, peleando contra la mala educación generalizada de muchos alumnos que llegan en ocasiones al insulto y en algunos lugares a la agresión física; para sobrellevar esto, que tiene una gran carga emocional, hay tener mucho equilibrio y no se pueden contabilizar las horas de desasosiego que producen en el profesor muchas situaciones de este tipo. Además hay reuniones de departamentos, una a la semana; claustros; atención a los padres que lo necesiten o lo pidan, muchos de ellos vienen acusando al profesorado de ser el culpable del mal comportamiento de sus hijos, aún recuerdo hace ya algunos años, que los padres cuando venían apoyaban al cien por cien al profesor, alguno incluso decía ¡déle usted una bofetada! cosa que ninguno hacíamos por supuesto, hoy, es mejor no decir nada. Cuando hay algún problema con algún alumno, hay que rellenar por escrito innumerables oficios para que se solucionen los problemas, problemas que acaban en el cubo de los papeles. Además, muchos, organizan actividades extraescolares, que significa un sinnúmero de horas de preparación: llamadas telefónicas, enviar cartas, solicitar presupuestos, permisos, calcular el costo, contratar autocares, tener reuniones informativas con los padres y tener la responsabilidad de que si algo le pasa a algún alumno, se cuentan con casi ningún respaldo oficial, etc. Además, hay que corregir dos o tres exámenes como mínimo por evaluación y trabajos escritos, parte de esto se hace en casa, cada corrección son horas y horas, generalmente en fines de semana, que nadie ve, que nadie sabe que se hacen. Los profesores, fuera de esas 20 horas, sra. Esperanza, preparan clases cada día y buscan materiales de apoyo, etc. Además, hay reuniones de evaluación, como mínimo cuatro por curso, de tardes enteras. Hay que hacer memorias cada año, que ningún inspector lee, por cierto. Hay que preparar la programación anual, y no sigo, porque es interminable la labor de los docentes, son horas y horas que nadie contabiliza, “que no se ven” dña. Esperanza, pero que se hacen.

Y lo peor de todo es que hay que oír a la ¿presidenta? Aguirre hablar de cosas que desconoce ¡Esta sra. fue ministra de educación!… ¡Qué vergüenza! Tal como se ha dado la información parece realmente que somos unos vagos, veinte horitas… ¡Pero cuanta manipulación y cinismo! Esta es la sra. que se pone alfombras rojas en sus actos públicos, la que dilapida el dinero de los madrileños favoreciendo a sus amigos de las empresas privadas. Claro que su santidad la habrá perdonado por todos sus pecados en su despampanante viaje para conquistar las españas. Ah, se me olvidaba, nos han bajado el sueldo, claro, hay que ayudar a las arcas públicas porque estos políticos se han encargado de dejarlas vacías.

Yo acuso

por DRY Madrid y Émile Zola

Carta a Don José Luís Rodríguez Zapatero.
Presidente del gobierno de España
Y al resto de las señorías que portan la representatividad parlamentaria.

Señor presidente, permítame dirigirme a usted para comentarle mis más profundas inquietudes que, por mi honor y conciencia, me impiden quedarme al margen de los hechos relativos a nuestra Constitución amenazada por una vergonzosa e imborrable mancha.

Habéis realizado un gobierno durante sus dos legislaturas en las que, muchos podemos estar en contra o a favor de su gestión frente del ejecutivo que preside. Habéis cometido aciertos y errores, estos últimos desgraciadamente más numerosos en su último periplo presidencial. Sus gestiones pueden ser criticadas o avaladas desde todos los frentes que los ciudadanos deseen pronunciarse.
¡Pero que mancha de cieno sobre vuestro nombre -iba a decir sobre vuestro reino- puede imprimir esta abominable reforma constitucional! Por lo pronto usted decide reformarla mediante una llamada telefónica al señor Mariano Rajoy, presidente del principal partido de la oposición, tomando ambos la representatividad parlamentaria como un absolutismo de dos dirigentes, dando bofetada suprema a toda justicia. Y no hay remedio, España conservará esa mancha sobre su carta magna y la historia consignará que semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra presidencia.

Puesto que ha obrado tan sin razón, hablaré. Prometo decir toda la verdad y la diré si antes no lo hace el tribunal con toda claridad.

Es mi deber: no quiero ser cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro de la ciudadanía que expía a lo lejos cruelmente ultrajada, una reforma que no ha decidido.

Por eso me dirijo a vos gritando la verdad con toda la fuerza de mi rebelión de hombre honrado. Estoy convencido de que la ciudadanía no ignora lo que ocurre, entonces ¿a quién denunciar este afrenta malhechora de verdaderos culpables sino al primer soberano de la carta magna, al Pueblo?

Ante todo la verdad acerca de nuestra carta magna y su proceso de reformarla.
Nuestra Constitución, nacida en 1978, promulga en sus artículo primero del título preliminar

“España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.

Agentes externos a nuestro ámbito constitucional, la señora Merkel y el señor Sarkozy han dictado los cambios que usted promulga, auspiciados aún si cabe por entidades externas y opacas a la ciudadanía, no sólo de nuestro estado, sino del resto de los ciudadanos miembros de la Unión Europea.

Señor presidente del gobierno y señor presidente del principal partido de la oposición:

No recuerdo que en ninguna de las legislaturas, en las que ustedes han sido elegidos como representantes de los ciudadanos (ni anteriormente tampoco), hubiese en algún proceso electoral papeletas para proceder a legitimar a estas personas (la señora Merkel y el señor Sarkozy) sobre nuestro ordenamiento legal, jurídico y constitucional.
Igualmente me consta, en ninguno de sus respectivos programas electorales, ninguna intención de reformar la constitución.

Ante este hecho y sus intenciones, ustedes han puesto la forma política dictada por la Constitución (representación parlamentaria) muy por encima de la soberanía establecida en la carta magna (el pueblo) documento que regula las normas y convivencia en nuestra nación.
Al ejercer su disciplina partidista, sr. Zapatero y sr. Rajoy, en la que los señores y señoras parlamentarias únicamente promulgan el deseo de sus líderes (en el presente caso ustedes), vuestras señorías son responsables y ejecutores del crimen que les expongo.

De forma sorpresiva, en periodo estival, con un parlamento en funciones, donde las señorías preparan las maletas fuera del hemiciclo ante la próxima cita electoral, ustedes pretenden modificar la Constitución sin consultar a sus soberanos.

Ustedes sobrepasan con sus intenciones el artículo primero del título preliminar de nuestra constitución. Su reforma no es para un “Estado social” y sus formas no son, ni mucho menos, “democráticas de Derecho”.

Tal es la verdad, señores parlamentarios, verdad tan espantosa, que no dudo quede como una mancha en vuestra representatividad. Supongo que no tengáis ningún poder en este asunto, que seáis prisioneros de los mercados y de los poderes que os rodean; pero tenéis un deber de ciudadano en el cual meditaréis cumpliéndolo, aunque dudo que honorablemente. No creáis que desespero del triunfo; lo repito con una certeza que no permite la menor vacilación; la verdad avanza y nadie podrá contenerla.

Hasta hoy no perpetrabais el proceso, pues hasta hoy no han quedado deslindadas las posiciones de cada uno; a un lado los culpables, que no quieren la luz; al otro los justicieros que darán la vida porque la luz se haga. Cuanto más duramente se oprime la verdad, más fuerza toma, y la explosión será terrible. Veremos como se prepara el más ruidoso de los desastres.

Señor Presidente, concluyamos, que ya es tiempo.

Yo acuso al Banco Mundial, FMI, OCDE y demás organizaciones supranacionales y externas al gobierno europeo de ser los organizadores de este crimen. Ninguna de ellas elegidas en representatividad por el Pueblo de un estado, el nuestro, sobre el que quieren reformar la Constitución.

Acuso a la UE y al BCE de ser garantes dentro del territorio europeo este complot.

Acuso a Standard & Poor’s y a Moody’s como cómplices y beneficiarios de este acto.

Acuso al conjunto de la banca europea y nacional como lobby cómplice y beneficiarlo de esta infamia.

Acuso a la señora Merkel y al señor Sharkosy por inducir a perpetrar este vil atentado a nuestra soberanía.

Acuso a aquellas empresas, que junto a la banca, presionan a sus señorías para dejar de ejercer la representatividad de sus soberanos, ejerciéndola sobre sus intereses económicos.

Acuso a aquellos políticos cuyo máximo interés es mantenerse en el cargo que ejercen a cualquier precio, tan indignantes como el del crimen que nos ocupa.

Y por último: les acuso a ustedes por proponer esta modificación de espaldas a la ciudadanía. Ciudadanía que avala, es garante y soberana tanto del estado Español como de su carta magna. Ustedes que, mediante una simple llamada telefónica, ultrajan la inviolabilidad de una Constitución, inviolabilidad que defendieron cuando no se han atrevido a mantener su vigencia, adecuándola a las realidades sociales. Ustedes que juraron o prometieron sobre ella.

Se atreven a modificar el máximo documento del Estado en aras del “Mercado”. Mercado al que pretenden calmar mientras las voces del pueblo son ignoradas o silenciadas.

Puede que este crimen ejerza el efecto que ustedes esperan, pero no ignoren las victimas consecuentes. Habrán convertido la Constitución en un simple panfleto al que poner a cotizar en los mercados de valores, habrán convertido el espíritu de la transición española no en un garante de paz y democracia social como fue en su día, sino en un mero informe de resultados macro-económicos. Y habrán convertido a la ciudadanía española en un pueblo sin su máximo referente de legalidad moral y convivencia al subvertir los valores representados en ella por cifras monetarias inducidas fuera del espíritu en el que se redactó.

Distinguidas señorías, en nuestro Estado, no sólo hay que ser demócrata, también hay que parecerlo y sus formas distan mucho de ello. Desde hace mucho tiempo no resuelven entre ustedes la composición del Tribunal Constitucional y resulta que si resuelven en minutos modificar el texto sobre el que basar sus juicios. Lo dicho señorías, también hay que parecerlo.

Sólo la ciudadanía tiene el derecho, tiene el deber, de mantener vigente este documento, ustedes han de darles los medios. Ustedes, la clase política, que no sólo por activa ahora perpetran este crimen que nos ocupa, sino que por pasiva en las últimas décadas no han dado un paso para mantener su vigencia, y mucho menos aún, consultar al Pueblo al respecto.

No ignoro que, al formular estas acusaciones, arrojo sobre mí el peso y decisión del máximo soberano del estado del cual ustedes se supone que representan. Y voluntariamente me pongo a disposición del Pueblo.
En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia.
Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la ciudadanía, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los ciudadanos y que me juzguen públicamente.

Así lo espero.

Madrid a 25 de Agosto de 2011.

En 1894, el caso Dreyfus sale a la luz, en el que se acusa al capitán Alfred Dreyfus, de alta traición. Pese a las declaraciones de inocencia del acusado, declaraciones que no se hacen públicas, se lo condena a cumplir cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana francesa.
Émile Zola, consciente de los riesgos que corre, plantea la cuestión ante la opinión pública en su célebre carta al presidente de la República, titulada Yo acuso (J’accuse) publicada el 13 de enero de 1898 en L’Aurore.
Texto traducido de Yo Acuso de Émile Zola http://www.ciudadseva.com/textos/otros/yoacuso.htm

Érase una vez…


Cándido Quintana

Érase una vez…, en Tenerife, en una de las pequeñas islas que conforman las Canarias, conocidas como afortunadas por los dones naturales con los que les obsequió la madre naturaleza, pero venidas a muchísimo menos por la maldita especulación, no exenta tampoco de maldita corrupción, por obra y gracia de unos no menos malditos políticos. Érase una vez, cuando aún se anteponía el Interés General al particular, cuando, con muy escasos recursos, se afrontaban obras realmente necesarias, con la congruencia como bandera, pero…

Pero llegó lo que nunca debería haber llegado, la asquerosa política del “todo vale”, ignorando al Pueblo y desoyendo sus necesidades reales, mintiendo como bellacos tras campañas electorales preñadas de promesas interesadas para la captura del voto. Ha sucedido de nuevo, el Pueblo de San Andrés se ha visto azotado por otro durísimo temporal marítimo, que les ha ocasionado innumerables destrozos, fruto de otra promesa electoral que ha quedado en el olvido, como de costumbre, a pesar de su enorme necesidad y reducido coste.

Me estoy refiriendo a la escollera de protección del frente de San Andrés, una demanda vecinal que se viene repitiendo desde hace algunas decenas de años, por tratarse de una necesidad muy perentoria reconocida por todos, que vuelve a dejar gravísimas secuelas, con seguridad mucho más caras que el coste de su solución definitiva, una simple escollera. Muchas personas nos hemos sumado a esta demanda vecinal, la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz lo ha hecho también de forma reiterada, pero la sordera se ha impuesto por encima de su necesidad y por otras razones que deberían ser investigadas y castigadas.

Y es que esa simple escollera, que hubiera frenado tantos daños año tras año, políticamente no se concibe sin el pelotazo de turno a su abrigo, en este caso una marina privada que tantos réditos pretendían algunos que les dejara, eso sí, haciéndole un huequito para acallar protestas, al también demandado desde siempre refugio pesquero. Y ello invadiendo de forma grave e irreversible la mayor parte del frente de San Andrés, cuando la mayoría estamos por tener abierto ese frente, sólo con su escollera y dándole cabida al refugio, cuyo coste no sería muy elevado, pues la escollera, si se hace en condiciones, podría servir también como su dique exterior de protección, con un considerable ahorro.

La violencia del mar que pudimos ver hoy en San Andrés es muy preocupante y podría conllevar, en cualquier ocasión, mayores desgracias, más allá de los daños materiales que generalmente ocasiona, y hay que ponerle freno ¡YA! Estamos echando en falta a políticos que separen el trigo de la paja, que entiendan, “de una vez”, que San Andrés necesita de forma muy perentoria su escollera y que ello no debe ir unido a pelotazo alguno, y la marina privada lo sería. Y cuando hablo de esto, también me acuerdo del dique de la Escuela de Náutica, dañado por el mar hace ya muchos años y que aún sigue igual, porque, tal y como sucede en San Andrés, no conciben su arreglo, también de bajo coste, sin el pretendido pelotazo de otra marina privada, de momento abortada por las protestas vecinales.

También me acuerdo del mamotreto, del “indecente mamotreto”, y de todas las mentiras que se han sacado de la manga para hacerlo realidad. Hoy también pude contrastar, “por enésima vez”, que esta horripilante edificación, cuyo derribo está tardando demasiado a pesar de que está espantando a demasiados visitantes,  se encuentra “íntegramente” dentro del DOMINIO PÜBLICO marítimo-terrestre. La mar de hoy superaba por lo menos en un metro de altura su planta alta, no la cubierta, hice comprobaciones con una persona que estaba dentro posiblemente por el temporal. Si delante no hubiera estado la carretera elevada que hicieron, que se utilizó hasta hace poco tiempo, y algunos otros impedimentos existentes, el agua del mar lo hubiera anegado totalmente.

Las insaciables apetencias empresariales las conocemos, no se si en todos los lugares serán las mismas, pero no pueden traspasar el interés general, ni ir más allá de la seguridad o llevarnos a la degradación, y aquí está sucediendo y no podemos permitirlo. Lo grave que está pasando en San Andrés es claro ejemplo de ello, como también lo sería construir el puerto de Granadilla, porque conllevaría mucha degradación y porque es innecesario a todas luces, y alguien políticamente debe poner las cosas en su sitio, el sentido común así lo exige. Nosotros sólo podemos seguir luchando y reclamando lo que es justo, pero necesitamos de políticos honestos y congruentes con poder de decisión, para que nuestras luchas por el interés general fructifiquen, ¿hay alguien ahí?

© Cándido Quintana

Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz

¿Amor o miedo? La elección es nuestra. Otro mundo es posible

LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD

Revolución mundial: ¡Por una democracia real y participativa ahora!

En el interior de cada ser humano está la fuerza y la certeza de que es posible vencer el miedo, el egoísmo, la codicia, el ego…

¿Amor o miedo? La elección es nuestra. Otro mundo es posible.

El patrimonio arquitectónico de La Laguna

El cáncer que un ayuntamiento no quiere curar

Álvaro Santana Acuña*

Imagínese que, mañana por la mañana, usted se levanta y frente al espejo se descubre una pequeña mancha roja en el cuello. Una semana después la mancha no ha desaparecido y decide acudir al centro médico. El doctor le dice que no se preocupe. Aunque él sólo se limita a examinarle la piel y recetarle una pomada. Un par de días más tarde, la mancha desaparece. Pero debajo de la piel usted siente un bulto. Espera otra semana. El bulto crece y usted vuelve al doctor, quien le dice: “No es nada. Usted siga poniéndose la pomada”. Y como no tiene ninguna mancha en el cuello, a los cinco minutos, el doctor le manda para casa.

Transcurren dos meses y aún sigue untándose la pomada en el cuello. La mancha no ha reaparecido. Pero el bulto sigue creciendo. Al cabo de medio año, a usted se le informa que el bulto es en realidad un agresivo cáncer de cuello. El oncólogo le confiesa que, con suerte, le queda un año de vida y que su cáncer podría haberse parado a tiempo. ¿Qué pensaría usted del doctor que le recetó la pomada quitamanchas?

El ayuntamiento de La Laguna receta la misma pomada quitamanchas a los edificios del centro histórico de la ciudad. Su oficina de gestión del centro histórico, encabezada por la señora Cerrillos, actúa como un médico negligente: sólo le importa que la piel de su paciente no tenga manchas, es decir, que las fachadas de las casas, los jardines de las plazas y las calles adoquinadas estén bonitas e inmaculadas.

En realidad, como denuncio desde 1999, a dicha oficina le importa muy poco, pero realmente muy poco, que un cáncer esté creciendo en el centro histórico. Si un ciudadano acude a la oficina de gestión para quejarse de un problema en su casa histórica, allí mismo le recetarán la pomada quitamanchas y le mandarán para su casa; como me sucedió en junio de 2008.

Antes de explicarle lo sucedido en 2008, mencionaré un caso más reciente, de junio de 2011. El artista Gervasio Arturo Cabrera pintó un mural en la puerta del garaje de la sala de arte Conca, situada en el número 21 de la plaza de la Concepción, o sea, en pleno centro histórico. La oficina de gestión denunció el mural como una infracción “grave” del plan especial de protección del centro histórico. Por tanto, el ayuntamiento ha abierto expediente al dueño de la Sala Conca.

Mi objetivo no es valorar la calidad artística del mural, sino demostrar que para la oficina de gestión del centro histórico el mural es una “mancha” sobre la que debe aplicarse la pomada quitamanchas.

Lo que ocurre debajo de la mancha no le interesa; como me demostró en junio de 2008. En ese entonces, la oficina de gestión legalizó un verdadero atentado patrimonial: la intervención gravísima sobre los restos supervivientes de un callejón del siglo XVI. Para mayor vergüenza de la oficina de gestión, la entrada del callejón se encuentra a menos de treinta metros del mural de la Sala Conca, es decir, al otro lado de la plaza de la Concepción entre los números 3 y 4.

Inmueble número 4 de la plaza de la Concepción en junio de 2008 y en 2011. A la izquierda, el muro que tapa la entrada a los restos del callejón del siglo XVI.

Interior parcial del callejón del siglo XVI en junio de 2008 y hoy ocupado por unas escaleras.

En un artículo publicado en junio de 2008 alerté del peligro de perder los restos del callejón del siglo XVI. Además expliqué su gran importancia histórica y elaboré una detallada propuesta para su recuperación. Pero nunca he contado lo más triste de aquellos días de junio: cómo me trataron en la oficina de gestión.

El lunes 16 de junio de 2008 me personé en dicha oficina para advertirles de que las obras de restauración del inmueble número 4 de la plaza de la Concepción ponían en riesgo los restos del callejón. Mi sorpresa fue mayúscula cuando la empleada (prefiero omitir su nombre y apellidos), la cual llevaba trabajando más de quince años, me miró incrédula y admitió que en la oficina desconocían la existencia de los restos.

Solicité una cita con la señora Cerrillos. La empleada me informó que sería imposible porque estaba de viaje. Así que me invitó a presentar un escrito. Al día siguiente, 17 de junio, le entregué en mano a dicha empleada una carta, material fotográfico antiguo y actual y también varias reproducciones de planos del centro histórico entre los siglos XVI y XIX. El dossier estaba dirigido a la señora Cerrillos y detallaba la enorme importancia histórica de los restos del callejón y cómo rescatarlos.

Aún hoy, más de tres años después, no he recibido la respuesta oficial de la oficina.

Pero, el verano de 2008, la oficina sí permitió la continuación de las obras en el callejón y en el inmueble contiguo. Autorizó al dueño a agujerear el muro y colocar una puerta, detrás de la cual construyó una escalera que hoy, en 2011, ocupa el espacio de los restos del callejón del siglo XVI.

Lo realmente “grave” es que al tratarse de restos de un callejón que aparece perfectamente trazado en el plano de Torriani de 1588, la actuación negligente y delictuosa de la oficina violó claramente uno de los principios fundamentales de la declaración del centro histórico como Bien Cultural-Patrimonio de la Humanidad. Ese principio es el trazado urbano de la ciudad antigua que tiende a buscar la regularidad de las manzanas urbanizadas.

Otra violación de comparable gravedad sucedió el año pasado, cuando la oficina “autorizó” la demolición del muro del callejón de Maquila y la alteración de su anchura. El de Maquila es también otro callejón del siglo XVI.

Sin embargo, según la oficina, el mural de la Sala Conca es el verdadero mal del centro histórico. (Como en su momento lo fue la escultura con forma de lata de sardinas emplazada en la calle Herradores para conmemorar el centenario de Oscar Domínguez.)

Por desgracia, la Sala Conca es una de las pocas galerías de arte que existen en un centro histórico cada vez más controlado por franquicias y centros comerciales. El dueño de la Sala Conca no ha dañado el patrimonio histórico. El mural es una intervención reversible y temporal.

Pero, las violaciones que la oficina hace de los principios de la declaración de la UNESCO son en algunos casos irreversibles; como la destrucción de más de diez casas terreras desde 2009.

La recuperación de los restos del callejón del siglo XVI, situados a treinta metros de la “mancha” mural, es posible. Así se lo expliqué el pasado febrero en una conferencia pública a la concejala de patrimonio. (Aún aguardo su respuesta oficial.)

La Laguna no puede permitirse otros cuatro años de pomada quitamanchas. La gestión de un centro histórico de más de quinientos años y patrimonio de toda la humanidad no puede recaer en manos de una sola persona, cuya gestión sigue atentando contra los principios de la declaración de Bien Cultural-Patrimonio de la Humanidad.

Como he venido defendiendo, el centro histórico lagunero necesita urgentemente la creación de un organismo autónomo y no monopolizado por el ayuntamiento que gestione el patrimonio de manera real y en beneficio de la ciudadanía.

 


*Historiador y sociólogo. Universidad de Harvard. Correo: asantana@fas.harvard.edu

NOS JUGAMOS DEMASIADO

Esperamos que de una vez por todas y después de la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Santa Cruz de Tenerife, se proceda al derribo del espantoso Mamotreto de Las Teresitas que nunca tuvo que ser construido, fruto de la especulación y la codicia de algunos políticos y empresarios que se querían repartir el pastel de Las Teresitas ignorando el interés general de los ciudadanos y de los usuarios de la playa. Esperamos que se depuren también las responsabilidades penales.

A continuación publicamos el artículo que nos ha remitido Cándido Quintana, Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz y uno de los principales activistas en la lucha por la defensa del Puerto de Santa Cruz y la Playa de La Teresitas.

foto: Cándido Quintana

NOS JUGAMOS DEMASIADO

La sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Santa Cruz de Tenerife, que ha dictaminado la validez del acuerdo plenario que el 18 de septiembre de 2009 adoptó el derribo del edificio de aparcamientos conocido como el mamotreto en la playa de Las Teresitas, ya es firme. Esta es una magnífica noticia, y lo es, no sólo porque los Ciudadanos hayamos ganado una gran batalla, que también, sino porque finalmente se ha impuesto la congruencia y el sentido común a las pretensiones, no de recibo, de ciertos empresarios, que siguen empeñados en anteponer la plenitud de sus amplios bolsillos y de sus cuentas corrientes al interés general, no parándose ante nada ni ante nadie por ello. La actuación de algunos políticos con nombres y apellidos, que deberíamos desterrar para que historias para no dormir como esta no se repitan, pienso que tampoco han sido ajenas, pero afortunadamente la Justicia ha funcionado, ha dado la talla, y esto, con seguridad, marcará un antes y un después en las decisiones políticas oscuras aquí, para regocijo de todos

Que nadie se confunda, el MAMOTRETO es una obra ILEGAL por los cuatro costados, y no voy a entrar otra vez en sus razones, porque ya son sobradamente conocidas por la mayoría del Pueblo, pero, además, es una obra altamente impactante, que ha cercenado, afortunadamente no de forma irreversible gracias a su próxima demolición, la visión de la Playa de las Teresitas desde el Pueblo de San Andrés y viceversa. Llegar a la playa desde Santa Cruz o desde Igueste-Suculum y tropezarte con esta indecencia, ocupando un enorme espacio e impidiendo la bonita imagen de antaño, te produce rabia y una sensación rayana al vómito, por culpa de unos impresentables que espero, y no me canso de repetirlo, paguen por ello, porque, como también he dicho hasta la saciedad, el Pueblo es inocente de este orquestado golpe. Y el pretender mantenerlo, alegando otras finalidades de uso o los dineros gastados, es inaceptable porque, ante nuestras grandes carencias de zonas de baño, tener una playa de mayor superficie vale lo que muchos mamotretos y porque sus responsables sabían que era ilegal, sin hablar del dinero que nos costaría su terminación, bastante más de lo hasta ahora gastado.

Aguantar el discurso vacío de algunos politiquillos de baja catadura, de que Santa Cruz está de espaldas al mar, sabiendo que son ellos mismos los que han generado la situación, o de que hay que desmontar muelles para hacer playas, cuando han costado una fortuna a lo largo de la historia, prestan un inmenso servicio y sostienen muchos puestos de trabajo, es simplemente una desvergüenza, sin entrar en los motivos reales de tales afirmaciones. Y ello, porque paralelamente a ese discurso manido de mierda, han mantenido sus apoyos a rapiñas y tal vez a algo más, de zonas de baño realmente importantes y más apropiadas, como sucede con ese enorme espacio que ocuparía el mamotreto, que han pretendido birlarnos con toda una actuación maquiavélicamente orquestada. Desde la supresión de muchos de los aparcamientos gratuitos, para subir la línea superior de la arena que no hace falta, hasta construir el mamotreto dentro de ella, cuando como edificio de aparcamientos hubiera hecho el mismo servicio pegado a la montaña. Pero no olvidemos que el mamotreto también albergaría negocios, o sea, aparcar y consumir allí, sí o sí, todo un “negociete”.

Las Teresitas es una gran playa, la mejor para nosotros pues es la única que poseemos, y nadie puede ni debe negociar con ella. Las Teresitas, tal y como está, en su entorno natural de toda la vida, es una maravilla, carísimos proyectos como el de Dominique Perrault no conseguirían mejorarla, sino todo lo contrario. Animo a los políticos recién elegidos a ser valientes, a anteponer, con la honestidad por delante, el interés mayoritario del Pueblo por encima de cualquier iniciativa empresarial claramente interesada, que es lo que realmente subyace detrás de todo el entramado de la Playa de las Teresitas, mamotreto incluido. Si actuamos con esa valentía, actuaremos con congruencia y Santa Cruz ganará, o sea, ganaremos todos, de otra forma nunca lograremos corregir esa deriva que nos ha metido en la insostenible situación actual, provocada por unos gobernantes anteriores que no nos merecíamos y que nos han jodido la vida.

La Playa de las Teresitas es un lugar vital para Santa Cruz, no sólo para sus habitantes, sino también para nuestros visitantes, y aún tiene solución, todo pasa por, como ya dije, ser valientes y empezar. Demolido el mamotreto y ya recuperado su extensísimo espacio para reintegrarlo a la playa, como debe ser, procede desechar, cueste lo que cueste y pague quien tenga que pagar, toda la especulación urbanística que gira en torno a San Andrés, que es mucha y no procede. El Barranco de las Huertas, llamado valle por algunos listos por razones obvias, debe ser rescatado a su hermosa estampa anterior, dejando sin efecto todas las actuaciones urbanísticas programadas en él. Con esto, además, conseguiremos alejar riesgos evidentes para la población, por las cada vez más frecuentes y fuertes riadas, y lo mismo con el del Cercado y sus peligrosas laderas de montañas, con unos porcentajes de inclinación que desaconsejan construcciones, al igual que en Montaña Morera y otros. Y todo ello, por las graves catástrofes que ya hemos sufrido y en el conocimiento de que esos entornos existen para realizar las funciones de evacuación que la naturaleza les asigna.

O sea, simplemente desechando pelotazos, actuando con la congruencia que procede, cumpliendo las leyes e imponiendo el interés general, conseguiremos grandes metas para Santa Cruz y no nos arrepentiríamos de ello. Si a esto le añadimos la recuperación de los muchos millones de euros pagados por la compra del frente de playa, ya sentenciado por el Tribunal Supremo, con los que poder hacer frente a las indemnizaciones que surjan, por dejar sin efecto esas urbanizaciones ilógicamente concedidas, y exigiendo paralelamente las responsabilidades que procedan a políticos, empresarios y profesionales, que las hay, lograríamos normalizar una situación que nos está superando. Y aún así, sobraría dinero para dotar a nuestra Playa de las Teresitas de todos los servicios que le sean necesarios,  adecentándola de una vez en busca de la bandera azul. No es una tarea sencilla, pero sí muy importante y decisiva que afrontar, junto con otras, en ese caminar de nuestra Ciudad por derroteros más deseables, que cambien las tristes realidades que estamos viviendo, ¡nos jugamos demasiado!

© Cándido Quintana

Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz