Desde la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz de Tenerife hemos visto, primero con satisfacción, luego con asombro y, finalmente, con claro disgusto, el lanzamiento de una campaña llamada Tenerife se mueve, (TFSemueve), que protesta, en principio, por la no inclusión del puerto de Santa Cruz de Tenerife y de la misma isla, en la Red Transeuropea de Transportes. En el momento inicial del lanzamiento, surgió la citada satisfacción por nuestra parte.
Pero, a continuación nos invadió el asombro, cuando observamos que las personas impulsoras de la campaña eran las mismas, exactamente las mismas, que habían causado la desgracia de este puerto capaz y dotado de recursos humanos profesionales y técnicos de primera línea que es el de Santa Cruz de Tenerife. La Cámara de Comercio y su presidente, Ignacio González Martín, el constructor presidente de Fepeco, Antonio Plasencia, el responsable de los estibadores del estado español y del mundo, Antolín Goya.y otras personalidades empresariales y políticas han patrocinado esta campaña en defensa, supuestamente, de un puerto que han denostado durante una década, para justificar la construcción de otro puerto, el de Granadilla. Aun siendo conscientes de la imposibilidad de que una isla del tamaño de la de Tenerife mantenga dos puertos en operación, no dudaron en proclamar a los cuatro vientos que el puerto de Santa Cruz de Tenerife estaba colapsado y colmatado, con sus accesos cegados (para ello, fueron capaces hasta de rodar el emplazamiento de un auditorio para colocarlo frente a una de las entradas del muelle) y sin posibilidad de desarrollo.
Estas personas, con su alocada estrategia, han sido las causantes directas del desprestigio comercial del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Los estrategas de la logística comercial mundial, los responsables de la planificación mundial del transporte dieron por sentado que si las fuerzas vivas de una isla descalificaban de esa manera una instalación portuaria, tendrían sus buenas razones. Y, por tanto, eliminaron de sus proyectos al puerto tinerfeño, porque, además, la red de transporte marítimo interinsular en Canarias hace innecesario disponer de dos puertos de entrada y salida. Con uno, el de La Luz y Las Palmas, bastaba.
Con esta acción insensata, estos empresarios y políticos eliminaron la posibilidad de que los dos grandes puertos canarios operaran de manera coordinada, ofreciendo una plataforma logística excepcionalmente dotada y situada. De esta manera suicida, los empresarios y políticos de Tenerife convirtieron al Puerto de Santa Cruz de Tenerife en lo que es actualmente. Un puerto de segunda categoría, que prácticamente no maneja más que tráfico de cabotaje interinsular. Un puerto que es tratado consecuentemente y postergado, por la única responsabilidad de quienes ahora se erigen en sus defensores.
Pero tampoco es así. Y de ahí viene nuestra tercera sensación, la de disgusto. Porque la campaña TFSemueve, con la que estos empresarios y políticos desaprensivos tratan de explotar los sentimientos del pueblo tinerfeño, no se establece en defensa del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, que tiene su nombre y apellidos claros, sino, ladinamente, del “puerto de Tenerife”. Con ello, esta campaña desvela su auténtica motivación y objetivo. Lo que busca, una vez más, la coalición político empresarial, es justificar al puerto de Granadilla.
A estas personas no les importa nada que ese hipotético puerto en construcción en Granadilla no pueda operar en tráfico de contenedores, como se ha demostrado repetidamente. No les importa nada que su destino sea el mismo que los de Arinaga o Tazacorte; es decir, convertirse en desérticos monumentos al derroche y el desatino. Porque a ellos solamente les importa el negocio de la construcción del puerto, a los empresarios, y la financiación de sus campañas electorales, a los políticos.
Esa es la verdad de esta campaña TFSemueve. No es una iniciativa en defensa de Tenerife. Es una campaña en defensa de los turbios intereses particulares de quienes pretenden lucrarse con la desgracia de la isla de Tenerife que es la construcción de un puerto inservible en Granadilla, a cambio de la destrucción de otro que pudiera ser floreciente y no lo es, por culpa de los mismos.
Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz