Estimados amigos/as y demás personas «piadosas»:
Sí, ya saben que en esta tierrita nuestra, los árboles si no dan leña o fruto para exportar (Tomás Morales, Alonso Quesada y González Díaz se ocuparon bastante de ese asunto…), no sirven para nada. En este caso, están previstas unas obras en dicho Instituto y como el árbol causó en su momento algunos problemas con las raíces, ahora la «solución» que se plantea es talarlo. Lo cierto es que hay alternativas viables y técnicamente posibles, a tamaño disparate, pero al parecer lo más «fácil» es cortar uno de los pocos árboles monumentales con que cuenta Las Palmas de Gran Canaria. Ya en su momento se logró parar lo que pretendía ser otra tala masiva, palmeras incluidas, y de hecho este árbol sufrió un «terciado» de algunas ramas, pero se encuentra perfectamente sano y dando sombra, salud ambiental y también cobijo, a infinidad de aves. Como maestro me pregunto: ¿Cómo se puede después dar clase de Educación Ambiental en un centro educativo en el que se talan árboles…? ¿Seguiremos celebrando luego el Día del Medio Ambiente, el Día del Árbol, el Día de la Tierra, Apaga la Luz por el Planeta… incluso el Día de Canarias (bueno eso sí, que con papas, mojo y timple, se es más canario qu´el carajo…)?
Hace casi un siglo, la ciudadanía de Las Palmas asistía a la tala de un monumental laurel de Indias que crecía frente al Gabinete Literario, víctima de unas “reformas” municipales. Alonso Quesada, sensible y sensato cronista de la ciudad, le dedicó un artículo en la prensa, que aquí se reproduce. En su homenaje, valora la sociedad en la que le ha tocado vivir y critica la desidia y el desinterés ciudadano ante tal hecho. Que cada cual establezca las relaciones que quiera, con la pretendida tala del laurel del Lomo Apolinario.
ALONSO QUESADA. Por qué desaparece el laurel.
Porque sobresale. El laurel no puede continuar en alto. Y enfrente del Casino, menos. Es la perenne historia insular. El rodillo nivelador de que nos habló en memorable fecha don Luis Millares. Hemos pasado junto al laurel herido. Durante muchos años se irguió gallardo, superior, espléndido. Pero los hombres pequeñitos diéronse cuenta de que el laurel les vencía en estatura y han acordado suprimirlo. Es un caso de envidia provinciana.
Era lo más ilustre de la ciudad. Tenía un prestigio antiguo y simbólico. No pudo ofrecer sus ramas para conocer a los hombres locales y él mismo se servía de ellas sobre su testa gloriosa, porque era el mejor de los nacidos. Hoy, medio derrumbado, no abate sin embargo su gesto de desdén orgulloso. Cercenarán sus ramas, machacarán su hojas. Quedará el laurel incólume, altivo. Las raíces se extienden largamente; cuando el tronco esté astillado, las raíces perdurarán escondidas, asqueadas bajo la tierra.
Estos hombres pasan junto al laurel indiferentes. Nadie se ha conmovido. Era la sombre ilustre de los profesionales, de los hombres que pretenden ser inteligentes. Nada ha perdurado tan firmemente como el laurel amigo. Y no era posible tolerarlo más. Ahora hay mucha gente que quiere ser más alta que él y que era mucha la sombra que proyectaba.
Se nos va. No han sabido amarlo ni comprenderlo. Pasó sobre los años respetado por los espíritus de ayer. Tenía la altura desmesurada y las ramas famosas para la alegoría genial. Pero, ¿para qué había de quedar ahora, en un lugar donde los hombres se coronan sólo de usura, él que es puro, amplio, infinito?
Despidamos al viejo amigo. Lloremos en silencio y a escondidas de la muerte [faltan palabras en el periódico original]… daces de la ínsula todos iguales.
Ya no habrá nadie más alto.
Recogida de firmas árbol Instituto
El “laurel de la Alameda” en 1920
Sioni Medina Figueroa dijo:
Acabo de terminar de leer y francamente tengo los pelos como escarpias, pero no porque se pretanda talar el laurel, sino porque alguien que es capaz de escribir frases tales como
«Como maestro me pregunto: ¿Cómo se puede después dar clase de Educación Ambiental en un centro educativo en el que se talan árboles…? yo me pregunto, ¿cómo tiene usted esa información? ¿trabaja como profesor en ese centro? pues si trabaja como profesor en ese centro a mi lo que me preocupa no es que se tale el árbol, sino que la ropa sucia no se lave en casa, porque si ese énfasis con el que escribe todo esto ,lo utilizara usted para comunicarse con la Directiva del centro dudo mucho que hubiera llegado a este extremo de pedir firmas a los ciudadanos, eso sí que me preocupa como madre de un alumno, que entre los profesores y la directiva no exista una comunicación fluida capaz de solventar problemas como este, preocúpese más de sus alumnos, porque me consta que muchos de ellos van hasta sin desayunar, otros tantos llegan a suspender hasta ocho asignaturas, pida firmas para que no les falte un vaso de leche caliente, ahhh claro que no….usted me dirá ahora que esa guerra no es suya, usted habla de clase medioambiental y yo le hablo de ética y moral.
Rubén Naranjo Rodríguez dijo:
Estimada Sra.:
No tengo la suerte que usted tiene, en lo referente a “ponérseme los pelos como escarpias” al leer algo, puesto que llevo con «resignación atea» una alopecia galopante. No obstante, paso a contestarle o aclararle algunos puntos, puesto que creo que usted, por razones que no alcanzo a entender, mezcla varias cosas, seguramente por no tener todos los elementos de juicio, lo que no le impide lanzar una serie de «acusaciones». Pero como diría Jack el Destripador, vayamos por partes.
Y comencemos por el final. Creo que no la conozco personalmente y supongo que usted a mi tampoco. Sin embargo no tiene ningún reparo en despacharse señalando: «preocúpese más de sus alumnos, porque me consta que muchos de ellos van hasta sin desayunar, …pida firmas para que no les falte un vaso de leche caliente». Se da la circunstancia, estimada señora y madre, que formo parte del Consejo Escolar del Centro. En el mismo hemos tratado el grave asunto del alumnado que asiste a clase sin desayunar, por la situación que sufren en sus casas. La Dirección del Centro educativo ha tramitado, a través del Consejo Escolar, del que formo parte como miembro electo por el profesorado, de las solicitudes presentadas para poder participar en el programa de Desayunos Escolares, desarrollados por la Consejería de Educación. Incluso, al presentarse pocas solicitudes, se ha insistido en informar al alumnado y las familias, tratando de que todo el alumnado que pudiera participar, y que por una u otra razón no presentó la correspondiente instancia (muchas veces por vergüenza), así lo hiciera. De esta forma, se sumaron más solicitudes, que se atendieron con el voto unánime del Consejo Escolar, dándose los desayunos con exquisita puntualidad y satisfacción del alumnado, tarea encomendada al Sr. Vicedirector. Por otra parte, y no es demagogia, varias veces a lo largo de este curso he ayudado a varios alumnos para que pudieran desayunar en la cafetería del Instituto. No es cosa que vaya pregonando, pero ya que usted me acusa del hambre del alumnado y de que no es cosa que me preocupe, pues queda dicho.
En cuanto a lo de «otros tantos llegan a suspender hasta ocho asignaturas», creo que usted no es la persona más capacitada para valorar o cuestionar mi labor docente y mi trayectoria profesional. Para lo primero, la Consejería de Educación tiene las personas y los medios adecuados. Pero si atendemos a la «cantidad» de suspensos, me permitirá señalarle que únicamente me puedo hacer «responsable» del alumnado que suspende las materias que imparto…, por tanto no de los siete suspensos restantes. Aunque de todas formas, para ello ya contamos con los correspondientes equipos educativos, Equipo de Orientación y reuniones periódicas o puntuales con las familias para abordar estas situaciones. No me considero un mal docente, usted me perdonará la falta de humildad, pero creo que desarrollo mi trabajo con dedicación y esfuerzo… y mi alumnado me lo reconoce y ese para mi es el mejor pago a mi trabajo. En cuanto a los resultados académicos, ahí están: buenas notas en la PAU, cursos con un buen número de aprobados, otros con menos, … , y más allá de las notas o el «éxito» académico, la satisfacción de colaborar en una educación en los adecuados valores, de estos niños y adolescentes, que las familias ponen en nuestras manos, para contribuir con el esfuerzo de todos a formar ciudadanos y ciudadanas responsables, formados, tolerantes, e implicados en la sociedad de la que forman parte.
Perdone pero debe ser mi «falta de ignorancia», pero no termino de entender la falta o la colisión de la «ética y la moral», con el desarrollo de la Educación Ambiental y el resto de valores de la Educación en su conjunto. La Educación Ambiental es un eje educativo transversal, que «impregna» por así decirlo, todo el currículo y a toda la Comunidad Escolar… por eso no «choca» todo lo anteriormente expuesto, con la preocupación por salvar el laurel de Indias que crece en nuestro Instituto. El hecho de que esta situación haya trascendido más allá de los muros de nuestro Instituto, no es por el intento de «lavar trapos sucios»… Simplemente se trata de que, utilizando el altavoz que supone un medio como Internet o la prensa en general, este tema tenga mayor trascendencia y la Consejería de Educación, que también lo es de Sostenibilidad, se implique en la salvación de este magnífico ejemplar de árbol. Es más, es el alumnado del Centro, junto con el profesorado, así como las madres y padres, el que se ha movilizado para conseguir firmas e intentar que no se tale este árbol que les da sombra y le alegra el patio donde pasan los ratos libres. Y a todos los ciudadanos y ciudadanas nos aporta vida y oxígeno. Usted incluida. Por ello se busca el apoyo ciudadano en general. Lamento que usted haya entendido este asunto como un «enfrentamiento» de un profesor, al que hace culpable, por obra u omisión, del hambre que pasan sus alumnos y de su fracaso escolar, con una Directiva. No es el caso. El asunto se ha abordado en el Consejo Escolar del Centro y la Directiva del mismo es la primera interesada en que el asunto llegue a buen puerto. Falta que la Consejería de Educación se implique, para no perder un magnífico ejemplar de árbol que lleva con nosotros más de cuarenta años. Entiendo que no es ni ninguna frivolidad y que no supone desatender otra serie de tareas que afectan a la actividad docente. Por último, y perdone que haya sido tan extenso en la respuesta, la felicito por su preocupación por la educación y la situación de los niños y jóvenes, aspectos que compartimos, pero le ruego que antes de lanzar determinadas opiniones o «acusaciones», procure informarse adecuadamente, que como verá, así he intentado hacer a lo largo de esta respuesta.
Reciba un cordial saludo.
Rubén Naranjo Rodríguez.
Profesor de IES Lomo Apolinario. Miembro del Consejo Escolar.
Valeriano Iván Alvarado Rodriguez dijo:
Muy buenas tardes, me complace saber que fue usted quien comenzó la infructuosa campaña para salvar la vida de ese magnifico laurel de indias, ya que en el transcurso del verano un energúmeno lo taló. A mis manos llegaron dichas listas, y con mucho gusto firme. Me gustaría ponerme en contacto con usted, ya que estoy del todo involucrado en la lucha y protección del medio ambiente y estoy decidido a llevar este tema a los medios de comunicación, a las asociaciones de ecologistas y a interponer una denuncia formal, para que aquel o aquellos responsables de la tala del árbol, celosos de que su «altura, nobleza, y belleza no les hiciese sombra» permitieron a este energúmeno tomar la desición de talarle.
Me despido de usted atentamente a la espera de una respuesta favorable.