Nuestro amigo Álvaro Fajardo nos envía este texto y la fotografía de esta casa, que muchos hemos visto y también fotografiado en la carretera de La Laguna a Las Canteras, camino del monte de Las Mercedes o de Bajamar. Otra muestra más del abandono de nuestra arquitectura tradicional, del escaso aprecio y sensibilidad hacia el arbolado y del deterioro generalizado de un bien tan esencial como es el Paisaje. Casas en ruina y árboles talados o mutilados, testigos silenciosos de la rápida transformación de lugares hermosos, que fueron construidos lentamente y que ahora estamos perdiendo para siempre.
DESENCANTOS (I)
LA CASA GRAFITTIADA
De recia y singular arquitectura. Te construyeron manos artesanas que el tiempo y la desidia colaboran para arruinar, convirtiendose tus sólidos muros en soporte gratuito para artistas furtivos de un arte sin homologar, que sorprende a quien te ve; cayendo lentamente al borde de una carretera, en dirección a la Punta, guarnecida hasta hace poco por robustos eucaliptos que son brutalmente talados y que antaño daban sombra a carretas tiradas por bueyes y gañanes. Un magnolio es ahora tu única compañía arbórea, donde un poste de teléfono que no comunica con nada ni con nadie, te acompaña. Donde antes había un pequeño y cuidado jardín, crece ahora la yerba desordenada. El alpende de tu frente es un caos de tejas y vigas desvencijadas, que presagian un desplome total. Tu tejado en medio de un mar enverodado se resiste a caer. Tus espaldas, protegidas por dos esplendidas palmeras canarias, van a lamentar tu ausencia.
Antes de tu muerte definitiva te fotografié desde todos los ángulos, como modelo pétreo agonizante, que espera el desenlace de un colapso anunciado.
Desde Las Castras, El Tanque, lugar también de casas perdidas, un día de Diciembre de 2010.
Álvaro Fajardo Hernández (alvarofajardoh@gmail.com)